Lamento que Santiago Carrillo se tomase por lo tremendo mi artículo La izquierda y el sistema solar (EL PAÍS, 26-01-01), hasta el punto de contestarme el viernes 9 de febrero con otro de reprimenda (De la ciencia-ficción a la política-ficción, EL PAÍS, 09-02-01), que asumo con cariñoso reconocimiento. Y como respuesta a sus reproches, sólo querría recordarle que el voluntarismo político, aunque sea de izquierdas, ha de estar sometido al principio de realidad. Y como el capitalismo carece de alternativa actual, hay que adaptarse a él si queremos transformarlo en nuestro común beneficio, hasta que coma de nuestra mano como una fiera domada. ¿Que eso es utópico, es decir, política-ficción? Quizá. Pero es una utopía practicable, pues las utopías imposibles, como la propuesta de don Santiago de 'acabar con el capitalismo', no consiguen transformar la realidad, sino empeorar la suerte de quienes se dejan arrastrar por ellas.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de febrero de 2001