Una joven de 20 años ha solicitado una indemnización de un millón de pesetas al gerente de la empresa, acusado de abalanzarse sobre la trabajadora y besarle el cuello mientras ella estaba llamando por teléfono. En el Juzgado de lo Penal número 1 de Barcelona, el empresario aseguró que los besos se debían a que la joven y él tenían un 'trato familiar'.
La empleada, que tuvo que seguir tratamiento psiquiátrico por la 'rabia' y la 'angustia' después de abandonar el trabajo tras el incidente, explicó que el acusado 'sólo' le daba besos a ella siempre que llegaba a la empresa, un solo día a la semana.
El acusado, S. T. C., de 57 años, gerente de la empresa Habitatge, encargó en 1999 a la joven una serie de llamadas telefónicas a clientes. Según consta en acta, el gerente, 'aprovechando la actividad' de la empleada y su propia 'posición de superior jerárquico', llegó a abrazar y besar el cuello de la trabajadora, y después se fue a su despacho. Anteriormente el acusado había insistido en llevar a la joven a otra de sus oficinas, pero ella se negó porque no tenía tarea que hacer y debía ir en el coche del gerente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de febrero de 2001