Una furgoneta cruzó el puerto de Roses durante la madrugada del sábado hasta detenerse junto al muelle. Desde allí, un individuo arrojó al mar una gran cantidad de restos animales. Según la denuncia que llegó a un agente de los Mossos d'Esquadra, podía tratarse de huesos de espinazo de vaca. Los primeros indicios señalaban que podían ser unos 30 o 40 kilos de restos bovinos. Algunos vecinos de Roses ya daban rienda suelta a la psicosis: '¡Restos de vacas locas arrojadas al puerto de Roses!'.
El misterio de los huesos sumergidos fue prolongándose durante toda la mañana, hasta que los buceadores de los Agentes Rurales de L'Estartit resolvieron finalmente el enigma. No eran huesos de vacas, sino de cerdos. Varios espinazos acompañados de unos 50 kilos variados de huesos mondos y lirondos.
Los residuos rescatados del fondo del puerto de Roses serán transportados ahora a un vertedero controlado por parte de la Junta de Residuos. El autor del vertido no ha podido ser identificado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de febrero de 2001