La adjudicación de la limpieza de Málaga, un contrato de casi 300.000 millones de pesetas para los próximos 24 años, trae de cabeza al gobierno del PP. La oposición logró ayer suspender la comisión extraordinaria del Área de Hacienda, donde los populares pretendían obtener luz verde para negociar con las dos grandes constructoras nacionales que han optado al concurso, una vez que han sido consideradas 'inadmisibles' ambas propuestas. IU y el PSOE dispusieron de la propuesta del PP y del informe del interventor municipal al inicio de la reunión, por lo que amenazaron con abandonar la sala y acudir a los tribunales si el asunto se debatía.
El procedimiento negociado es un intento del gobierno del PP de ganar tiempo y buscar un acuerdo, que la oposición ya da por hecho, entre las dos empresas que han optado al concurso: Fomento de Construcciones y Contratas y Urbaser (una Unión Temporal de Empresas entre Dragados y Sando). La salida legal ha precisado del aval de los servicios jurídicos, ya que conlleva una nueva prórroga de la concesión a su actual adjudicatario. Este aspecto ha sido censurado por el interventor municipal en su informe, que plantea dudas legales a la decisión de prorrogar otra vez más esta adjudicación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de febrero de 2001