Desde hace tres años, siempre que voy a Castelldefels, al barrio de Can Vinader, a cenar y en ocasiones a quedarme a dormir en casa de unos amigos, tengo que soportar el hedor, que a veces me ha llegado a despertar por la noche, procedente de una moderna planta de compostaje para el reciclaje de residuos vegetales, perfectamente separados en origen (un modelo para todo el Baix Llobregat). Por supuesto, de cenar en la terraza ni se habla.
Pese a que la mayoría de los vecinos vienen aceptando este inconveniente con el más digno estoicismo y que el alcalde de la localidad sigue ganando votos, si escribo ahora es para congratularme tras haberme enterado de que han empezado las obras para cubrir la planta y dotarlo de los filtros adecuados para acabar con el hedor antes de verano. Felicidades a los vecinos, especialmente a aquellos que, como yo, sí notaban las molestias. ¿Por qué no se hizo eso desde el primer día? ¿Es que se construyó sin el presupuesto adecuado, con más ganas que medios?
Son algunas de las preguntas que me planteo y que, sin duda, algunos vecinos ya habrán llevado al Ayuntamiento. Con el deseo de cenar en la terraza este verano, un saludo al barrio de Can Vinader.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de febrero de 2001