En los mercados financieros se esperaba que la comparecencia de Alan Greenspan ante el comité monetario del Senado de Estados Unidos aclarara las directrices inmediatas de la política de tipos de interés de la Reserva Federal, pero lejos de eso, hubo que conformarse con la revisión oficial a la baja de las previsiones de crecimiento económico en Estados Unidos para este año, hasta el 2%-2,5%, desde el 3,25%-3,75% inicial.
La reacción de las bolsas europeas fue neutra, a pesar de que el mercado Nasdaq abrió la sesión con una subida de más del 2% tras conocer que las ventas al por menor de enero habían subido el 0,7%, un dato mejor de lo esperado.
Los inversores entendieron que esta primera parte del año va a ser mala, aunque la Reserva Federal reaccionó a tiempo, según el propio Greenspan, rebajando los tipos en un punto, y como esto no supone novedad alguna sobre las expectativas que se vienen manejando, los inversores dejaron seguir las cosas como estaban. Así, el dato del IPC de enero pasó completamente desapercibido, tal vez porque se ha considerado que la subida del IPC subyacente es menos coyuntural y, por tanto, más preocupante, y que las recientes subidas de los combustibles anularán el efecto sorpresa del dato de enero.
El Ibex 35 perdió el 0,42% y Madrid un 0,38%, con una contratación de 284.011 millones de pesetas, 1.706,94 millones de euros en el Mercado Continuo. A esta cifra se llegó gracias a una operación institucional sobre 14,7 millones de títulos del BBVA por 41.748 millones de pesetas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de febrero de 2001