Decía Anelka en su página de Internet, hace dos días, que no entendía por qué el Paris Saint Germain había 'caído tan bajo' en la Liga y en Europa. Desencontrado con la grada y con algunos de sus compañeros, el ex delantero centro del Madrid dio ayer a su equipo un brillo de esperanza al marcar el gol del empate frente al Milan en San Siro. Un tanto que concede a los franceses el único punto en la segunda ronda de Liga de Campeones y que frena al Milan, que perdió el primer puesto del grupo B. El Milan se adelantó gracias a un gol de Leonardo en el minuto 27, pero la alegría de sus tiffosi sólo duró tres minutos: entonces Anelka rompió el equilibrio de Roque Junior, central brasileño milanista, para marcar en velocidad. Más tarde, otra vez, Anelka se iría del brasileño. Junior le haría falta y sería expulsado. Tras el encuentro, el delantero se animó a anunciar que su equipo es capaz de clasificarse para cuartos. '¿Por qué no podemos dar la sorpresa?', preguntó..
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de febrero de 2001