El padre Ángel García, fundador de la organización Mensajeros de la Paz, llegó hace unos días a El Salvador para intentar paliar los devastadores efectos del terremoto del pasado día 13 de enero. Pero anteayer, justo cuando se cumplía un mes de aquel seísmo que se cobró 827 vidas y más de 4.500 heridos, la tierra volvió a temblar. Y esta vez lo hizo bajo sus pies. 'Íbamos en coche a misa cuando vimos que la gente corría para todos lados', relataba ayer el padre Ángel por teléfono, todavía asombrado. 'Notamos un temblor que no es explicable para los que dormimos en un colchón y tenemos un techo seguro sobre nuestras cabezas', prosiguió este religioso mientras recordaba la angustia que viven quienes ya lo perdieron todo hace un mes y anteayer volvieron a sentirse amenazados.
'Además de dinero, esta gente necesita mucho cariño. Más que agua y comida, esta gente angustiada necesita hablar', manifestó quien en el año 1994 recogía el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su labor con niños marginados a quienes acogen en casas. Veinticinco de esos hogares para muchachos con graves problemas familiares van a ser ahora levantados en diferentes ciudades de El Salvador. Es entonces cuando, dejando un lugar para el sentido del humor, el padre Ángel apostilla: 'Si un nuevo terremoto no lo impide'. De momento, lo que ha imposibilitado el terremoto es la puesta en marcha del teléfono dorado, un proyecto de Mensajeros de la Paz con el que el padre Ángel ha viajado hasta El Salvador y con el que quiere 'paliar la soledad de los más abandonados'.
Otras ONG han puesto en marcha proyectos de emergencia en la zona. Éstas son sus cuentas corrientes:
Intermón: Caja Madrid, 2038-1768-43-6000300045.
Médicos del Mundo: BCH, 0049-0001-59-28100010006.
Cáritas Española: BBVA, 0182-5906-86-0202002000.
Médicos sin Fronteras ha habilitado el teléfono 902 250 902 para los que quieran colaborar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de febrero de 2001