El ex presidente de Filipinas Joseph Estrada, destituido el 20 de enero por una revuelta popular liderada por sus rivales políticos y la Iglesia católica, negó ayer que una cuenta corriente con el equivalente a unos 11.000 millones de pesetas fuera suya, después de que el Senado abriese un sobre con documentación bancaria. El sobre no fue abierto durante el juicio de destitución en la Cámara alta, a pesar de haber sido presentado como la prueba clave contra él, lo que desencadenó la rebelión. Los documentos muestran que el dinero fue retirado antes de su salida del poder.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de febrero de 2001