En la capital están empadronados 200.000 inmigrantes, la mayoría de países en vías de desarrollo, lo que supone que el 6% de la población es de origen extranjero. La mitad de estos inmigrantes vive en el municipio de Madrid desde hace más de dos años; un 20%, de uno a dos años, y el resto, menos de 12 meses.
Sin embargo, sólo un 10% de estos trabajadores extranjeros ha conseguido traerse con ellos a sus cónyuges e hijos. Para un 30%, la reagrupación sigue siendo un anhelo incumplido, especialmente para los marroquíes, y otro 60% no espera reunir por ahora a su familia en España.
Los investigadores de Edis señalan que el 80% de los inmigrantes considera satisfactoria su integración y aceptación por parte de la población madrileña.
Los ciudadanos encuestados para el estudio destacan a los inmigrantes como el segundo grupo más necesitado de ayuda social, detrás de los ancianos. Sin embargo, en los distritos con mayor presencia de extranjeros, como Tetuán, Centro, Arganzuela, Usera, Carabanchel o Latina, se les percibe como el colectivo más precarizado y, por tanto, con mayor necesidad de apoyo, incluso por delante de los jubilados, que constituyen el 18% de la población madrileña.
A partir del informe Estudio sobre las necesidades sociales en el municipio de Madrid, el Ayuntamiento se plantea con qué prioridad actuar en los sectores de población más vulnerables: hogares en situación de pobreza severa, personas mayores que viven solas con problemas de discapacidad o enfermedad, inmigrantes con severa precariedad económica, minusválidos y discapacitados con dificultades de integración social y laboral, drogodependientes y mujeres maltratadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de febrero de 2001