Leo en Estados Unidos, donde resido, las noticias de España a través de las ediciones electrónicas digitales, y veo que EL PAÍS sigue siendo el único periódico español pionero en campañas sociales de gran valor para la comunidad, sea de la provincia que sea. Me refiero a la vergüenza de venta pública de droga en diferentes puntos de la ciudad de Valencia, donde, gracias a EL PAÍS, las autoridades autonómicas de la Comunidad Valenciana despiertan de ese letargo invernal con la dejadez que les caracteriza y medio movilizan a las fuerzas del orden, que, sin preparación alguna, no pueden atajar dicha delincuencia, altamente organizada.
Atajar problemas de estas características desgraciadamente no se va a conseguir con campañas en prensa solamente, ya que la vuelta a la siesta se reanuda una vez que los periódicos enmudecen al creer que han cumplido su misión. Las destituciones de políticos responsables es un camino muy eficaz en Estados Unidos, pero muy poco practicado en España. Si la prensa arremetiera contra los responsables como se ataca aquí a los inútiles administradores públicos, otro panorama se vería en la solución de los problemas sociales como el que nos ocupa ahora.
Como lector de sus páginas, espero que algún día se orienten por el camino crítico directo contra los administradores, provocando dimisiones, destituciones o lo que verdaderamente haga falta para limpiar desde arriba tanto inútil para el que, aun cobrando grandes sueldos del contribuyente, parece ser que una siesta es mejor que pasearse por esos barrios castigados por la delincuencia impune y lucrativa.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de febrero de 2001