La organización ecologista Greenpeace ha exigido a la alcaldesa de Amorebieta, Begoña Azarloza (PNV), que desautorice la construcción de una central eléctrica de ciclo combinado en el polígono industrial de Boroa. La entidad estima que esta planta, con una inversión prevista de 65.000 millones y que está suscitando un gran rechazo entre los vecinos de Amorebieta, podría lanzar cada año a la atmósfera entre 2.300.000 y 2.600.000 toneladas de CO
2. En una carta fechada el 8 de febrero, José Luis García Ortega, dirigente de Greenpeace España, hace la primera toma de postura oficial de la plataforma contra la planta y pide a sus promotores -la compañía pública irlandesa ESB- que invierta los 65.000 millones previstos en otra infraestructura generadora de electricidad en Amorebieta, basada en el uso energías renovables.
El proyecto de la central de Amorebieta está pendiente de la declaración de impacto que debe emitir en los próximos meses el Ministerio de Medio Ambiente. El pasado sábado, 8.000 manifestantes recorrieron las calles de Amorebieta en una protesta convocada por los grupos municipales del PSE-EE, EA, IU y EH para instar a ESB a que rehúse construir esta central.
Considera que 'cualquier nueva central térmica es incompatible con el cumplimiento de las obligaciones internacionales de España, mientras no se especifique a qué centrales de mayor emisión se piensa sustituir'. Un portavoz de ESB precisó que centrales como la de Boroa emiten la mitad de CO 2 que las eléctricas convencionales, por lo que resultan las infraestructuras de generación eléctrica más eficientes para Euskadi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de febrero de 2001