El gobernador de California, Gray Davis, está dispuesto a pagar lo que haga falta para evitar la quiebra definitiva de la industria eléctrica. Ayer hizo una oferta a las compañías de distribución de electricidad para comprar sus 51.000 kilómetros de red por hasta 7.000 millones de dólares, más de 1,2 billones de pesetas. Ese dinero permitiría a las empresas pagar sus deudas más urgentes y salir de la quiebra técnica. Para California, supondría una intervención directa del sector público en el sector energético.
El plan de Davis recibió el visto bueno de 45 de los 50 diputados demócratas en el Congreso estatal, una cantidad que garantiza su aprobación parlamentaria. Ahora falta que las compañías admitan el precio, que, por el momento, consideran demasiado bajo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de febrero de 2001