La historia se tambalea. Seis temporadas después, el Barça ha dejado de ser líder de la Liga. Su hegemonía se cuestiona, y el balonmano sale ganando. El Ademar y los azulgrana produjeron un choque magnífico. El club leonés impuso su coraje (28-25) y termina la primera vuelta en cabeza, con un punto de ventaja sobre el catalán. A Rivera le corresponde el mérito de lograr que una constelación de astros funcione con la precisión de una máquina. Además, el poderío económico de su club le permite fichar a capricho. Sin embargo, Manuel Cadenas, quien dirigió ayer al Ademar desde la grada por sanción, no se queda atrás en eficacia y buen ojo: ha cambiado medio equipo y los nuevos, hasta un total de ocho, rinden a un nivel excelente tras pocos meses de entrenamiento conjunto.
La diferencia reflejada en el marcador final tiene dos explicaciones adicionales: la garra que derrochó el Ademar, incluso en las situaciones de inferioridad numérica (sufrió cuatro exclusiones de dos minutos, por ninguna de su rival), y el poco acierto de Masip y Lozano en los lanzamientos; los once goles de Nagy no bastaron para compensar la eficacia del Ademar. Dos ejemplos lo explican: el suizo Lima mantiene un impresionante 80% de acierto en el ataque, si bien flojea algo en la defensa; y Hvid para la mitad de lo que le llega. A ello debe sumarse que el azulgrana Guijosa aún no está fino, tras una grave lesión. Como resultado, hay noticia: el Barça sufre y no es el primero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de febrero de 2001