Las divergencias internas quedaron aplazadas hasta después de los comicios, aunque el aparato de la organización, dominado por el partido mayoritario, la comunista Unión do Pobo Galego (UPG), reforzó su posición hegemónica.
Pocas novedades ofreció la asamblea del BNG, si acaso consolidar la línea 'pragmática' adoptada por los nacionalistas -que no plantean la autodeterminación como objetivo inmediato- y el poder interno de la UPG y de su hombre fuerte, el portavoz de los nacionalistas gallegos en el Congreso de los Diputados, Francisco Rodríguez.
La UPG incrementa su cuota de poder en el máximo órgano decisorio, el Consello Nacional, donde otras fuerzas como Esquerda Nacionalista -el partido al que pertenece el líder del BNG, Xosé Manuel Beiras- se mantienen en posiciones minoritarias. Pero la discusión por el reparto de poder interno apenas suscitó tensiones, ya que la consigna general es cerrar filas ante la inminencia de los comicios.
Pese al tono sosegado que presidió la asamblea, Beiras, en su discurso de clausura, no ahorró las calificaciones más gruesas para referirse a la gestión del PP. 'No estamos en presencia de una democracia conservadora, sino de una metamorfosis del fascismo', indicó Beiras, para quien el Ejecutivo de José María Aznar ha desatado 'una feroz ofensiva xenófoba' contra los nacionalismos periféricos.
Reproche al PSOE
Beiras también se mostró inusualmente duro con el PSOE. Le reprochó su falta de apoyo a la reciente moción de censura presentada por el Bloque Nacionalista Galego contra Manuel Fraga y la firma del acuerdo antiterrorista, que, según él, es sólo un pacto de 'adhesión' de los socialistas al Partido Popular para poner en marcha un proceso de 'involución'.
El problema de ETA, según el líder del BNG, es producto de la 'marginalidad social y el fanatismo ideológico', pero también de la actitud 'obtusa y sectaria' de los que niegan los 'derechos políticos de un conjunto de ciudadanos'. Beiras defendió la vigencia de la Declaración de Barcelona, suscrita con el Partido Nacionalista Vasco y Convergència i Unió, porque 'catapulta a Galicia al mismo rango político de Cataluña y Euskadi'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de febrero de 2001