La estatua ecuestre de Carlos III, en la Puerta del Sol, permanece cubierta por andamios y una lona mientras prosiguen los trabajos de restauración que comenzaron el pasado mayo. Cuando las obras concluyan, el monumento contará con un sistema de ondas electrostáticas que ahuyentará a las palomas que acostumbraban a posarse sobre la figura del rey.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de febrero de 2001