Últimamente parece que al asfaltísimo Ayuntamiento de Elche le va eso de la movilización ciudadana, cuestión que algunos colectivos llevamos trabajando hace años. Saco todo esto a colación después de haber observado la parafernalia-pataleta con que nuestros gobernantes vienen obsequiándonos con motivo de la Ley de Áreas Metropolitanas que, por lo visto, va a convertir Elche en un barrio de Alicante. Ante tamaña amenaza, nuestros políticos han empezado a recoger firmas como locos.
A mí no me gusta la dichosa ley; tampoco se me ocurriría defender la política de siniestro total de Alperi y sus adláteres, pero me parece hipócrita y demamógico alertar del peligro de que el Elche se convierta en un barrio de Alicante, cuando la propia ciudad de Elche es como un feudo del PSOE, partido que campa a sus anchas, sin permitir a ningún movimiento ciudadano que no esté directamente controlado por él la más mínima participación en los asuntos municipales. No nos hace falta un Alperi que se cargue las Salinas del Pinet, ni que favorezca la especulación salvaje y depredadora, porque nuestro alcalde, Diego Macià ya se encarga de destrozar nuestro entorno.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de febrero de 2001