En un ambiente de gran tensión, el pleno del Ayuntamiento de Granada aprobó ayer con el voto favorable del gobierno tripartito (PSOE, IU y PA) y el contrario del PP la concesión de 56 nuevas licencias de taxi. Cientos de taxistas autónomos, en huelga indefinida desde la semana pasada, se concentraron frente al Consistorio para protestar contra los nuevos permisos. Decenas de agentes de la policía Local y Nacional vigilaron la manifestación y 'por motivos de seguridad' cerraron todos los accesos al Ayuntamiento durante gran parte de la mañana, lo que impidió a muchos granadinos realizar gestiones burocráticas.
A pesar de las medidas de seguridad, una veintena de familiares de los taxistas interrumpieron el pleno con sus gritos en tres ocasiones, hasta que fueron desalojados. En el debate plenario sobre la concesión de licencias, PSOE y PP protagonizaron el más duro enfrentamiento verbal del actual mandato. El alcalde de Granada, el socialista José Moratalla, medió voz en grito en una acalorada discusión entre el portavoz socialista José Antonio Aparicio y el popular Juan Ramón Ferreira sobre supuestas irregularidades en la concesión de licencias de taxi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de febrero de 2001