Desastre. Ésta era la palabra más utilizada ayer para definir el presente del fútbol italiano. 'Ya no somos competitivos', titulaba La Gazzetta dello Sport. No es para menos: de los ocho clubes que participaban en los torneos europeos, siete (Perugia, Udinese, Juventus, Lazio, Roma, Parma e Inter) están eliminados. Un hecho similar al que vivió el calcio la pasada campaña.
En la Copa de la UEFA de esta temporada los tres equipos sobrevivientes fueron eliminados el jueves y en la Champions sólo está vivo el vacilante Milan.
El impacto más profundo, sin embargo, lo sufre el Inter, que se enfrenta ahora a una verdadera crisis institucional. A los destrozos causados por sus hinchas en el estadio de San Siro, y que le podrían costar una sanción de un año sin competiciones europeas, se ha sumado el enojo de su presidente, Massimo Moratti -hijo de Angelo Moratti, el que dio dos Copas de Europa al equipo-, quien a través de la web del club anunció duras sanciones contra el equipo.
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Los jugadores aprovecharon la red para pedir perdón a los aficionados. 'Pedimos excusas a todos los tifosi', dijo el capitán, el argentino Javier Zanetti, que tachó de 'nefasto' el partido de su equipo ante los vitorianos. Di Biagio reconoció que 'han tocado fondo' y el ex madridista Seedorf fue contundente: 'Pido perdón a todos'.
Por otra parte, el Roma, eliminado por el Liverpool, ha presentado una queja ante la UEFA contra el árbitro español García Aranda -quien ayer declinó hacer declaración alguna-, que pitó un dudoso penalti a su favor y, en cuestión de segundos, cambió la orientación de su dedo y señaló hacia el banderín de córner.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de febrero de 2001