La Gran Rua de Barcelona, este año desplazada al barrio de Sants, se vio ayer empañada por una lluvia persistente y con momentos de cierta intensidad. Algunas de las carrozas se retiraron antes de empezar su itinerario, que comenzaba en la calle de la Riera Blanca y terminaba en el paseo de la Reina Maria Cristina, con fin de fiesta incluido.
A pesar de ello, unas 50.000 personas se dieron cita, según fuentes municipales, para participar en la Gran Rua de Barcelona, la más larga de todas las celebradas, y ver transitar al centenar de grupos entre comparsas y carrozas.
El desfile transcurrió sin gran entusiasmo ni continuidad, con espacios vacíos e interrupciones múltiples. En esta edición, la rua se preveía más espectacular que en anteriores ocasiones, gracias a la fusión de las que se llevaban a cabo en la Via Laietana y en Sants. El pasado año participaron unas 80.000 personas.
La rua fue presentada por dos miembros de Pallassos sense Fronteres, los artistas Marcel Gros y Pepa Planes. La organización instaló un gran pórtico en la plaza de Sants para que las comparsas pudieran lucir sus disfraces ante el jurado popular, integrado por más de cien personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de febrero de 2001