La banda de Iveve O., de 22 años, cabecilla de los otros 19 detenidos por introducir inmigrantes irregulares en España, tenía dos sucursales: una en Benin City (Nigeria) y otra en Tánger (Marruecos). La policía sigue sus investigaciones y ha pedido la cooperación de ambos países africanos para tratar de acabar con estas redes.
La sucursal de Benin City es una agencia de viajes -un local que hace las veces de locutorio, desde donde se envía dinero al extranjero y, en ocasiones, se distribuye correo-. El regente del establecimiento enseña a las nigerianas cómo pueden cruzar media África hasta Marruecos, por qué carreteras, si en autobús, en camión o en tren. Algunas de las chicas recorren cientos de kilómetros a pie, en grupos de cinco o seis, protegidas por dos o tres hombres. Algunas mujeres pagan la protección con favores sexuales o son violadas sin más. El propietario de la agencia de Benin City proporciona el nombre del contacto en el norte de África, en Tánger o en Ceuta. Allí las nigerianas son hacinadas en edificios ruinosos, como la abandonada plaza de toros de Ceuta, donde había miles de inmigrantes a la espera de embarcar hacia España. Otras mujeres son trasladadas a campamentos en los bosques de las montañas marroquíes. Todos esperaban su oportunidad en España. Las nigerianas tenían que soportar cuatro años más de esclavitud sexual hasta alcanzar la libertad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de febrero de 2001