Una de las principales características de los conflictos armados actuales es la utilización de la población civil como objetivo primordial, llevándose a cabo los más horrendos y abominables métodos para sembrar el horror y el miedo entre los más indefensos, sin mostrar ningún respeto sobre las zonas de paz.
Las operaciones de limpieza étnica, genocidios, mutilaciones, asesinatos, violencia de género y la utilización de niños soldados son prácticas habituales en estos deshumanizados conflictos de fin de siglo. Recibo por ello con gran alegría las noticias en torno a las condenas impuestas a los ex oficiales serbobosnios por sus execrables acciones durante la guerra de Bosnia.
Tengo la esperanza de que las futuras acciones del Tribunal Penal Internacional, como órgano de justicia supranacional, unido al rechazo y repulsa que debemos mostrar las personas y Gobiernos de los 'países sin conflictos armados', sirva para que en los actuales conflictos, o en aquellos que puedan surgir en el futuro, las batallas las libren sólo los ejércitos y no se utilice a la población como medio para ganar las guerras.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de febrero de 2001