en relación con la inmigración no pueden más que causar estupefacción. Pero quizá un análisis de la situación creada en los últimos días, al hilo de las declaraciones del señor Barrera y la señora Ferrusola pone en tela de juicio un asunto de mayor calado político y social. Esto es, el discurso ideológico de una parte de la clase dominante catalana, excluyente y xenófobo, que ha contaminado ya algunas esferas en Cataluña y que monopoliza desde el ámbito cultural la idea de catalanidad.
Estas declaraciones muestran el verdadero rostro de la cultura que se ha impuesto en Cataluña, y que ahora se ve puesta en entredicho por dos factores: la creciente inmigración y la sensación de final de ciclo de la coalición gobernante.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de marzo de 2001