l entrenador del Barcelona, Lorenzo Serra Ferrer, con el gesto adusto pero manteniendo esa cualidad marmórea e imperturbable que le caracteriza, atildado con traje y corbata y tremendamente sereno, aunque enfadado, no dudó en elogiar el fútbol de los suyos y de paso reivindicar su propia figura: 'Les hemos dado un baño. Hemos jugado a la perfección, ha sido un repaso de arriba abajo y en todos los conceptos del juego'.
Así empezó el técnico mallorquín su discurso, pero no se quedó ahí y siguió mandando unos cuantos recados significativos. 'Algunos de los que querían enterrar viva a la gente tendrán que esperar un poco más', dijo, en lo que resultó un sonoro aviso cuyo remitente no desveló el entrenador del Barça. Serra Ferrer centró su disertación en la superioridad azulgrana y afirmó con rotundidad que "era el mejor Barcelona que ha pasado nunca por el Santiago Bernabéu", lo que no dejó de provocar cierta perplejidad en su auditorio.
En el mismo tono reivindicativo, dando la impresión de dirigirse, tanto a los medios como a los directivos de su club, señaló con orgullo el acierto 'que había supuesto el que Rivaldo jugase por la derecha, pues así se perfilaba hacia el área después del regate con la pierna buena'.
Así llegó el segundo gol del Barcelona y así llegó el tercero, el que fue anulado por el árbitro y provocó una enorme polémica. Serra Ferrer concluyó augurando un buen futuro para su equipo 'si sigue jugando así', y alabando, otra vez, la imagen ofrecida por los suyos, que 'ha sido muy buena'.
Serra Ferrer sumó otro 'motivo de orgullo' al hacer notar que los aficionados barcelonistas desplazados hasta el Bernabéu habían hecho más ruido y habían animado con más intensidad a su equipo que los del Madrid, pese a la enorme superioridad numérica de éstos en una noche en la que el técnico del Barça se sintió reivindicado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de marzo de 2001