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CARTAS AL DIRECTOR

Aeropuertos

Gracias al artículo de Pasqual Maragall (EL PAÍS, martes 27 de febrero) he encontrado la respuesta a una pregunta a la que, desde que ampliaron el aeropuerto de Barajas con una tercera pista, he dado vueltas casi obsesivamente, por ser una de las 500.000 personas afectadas por el ruido y la polución atmosférica crecientes de los aviones. ¿Por qué, me preguntaba, no construyen el nuevo aeropuerto lejos, sin causar tanto daño a muchos ciudadanos? ¿Por qué nos tienen tanto desprecio los que gobiernan?

Ahora lo entiendo: la tercera pista ha servido de 'puente de despiste' entre el aeropuerto actual y la construcción de un nuevo gran aeropuerto, a unos kilómetros del primero, que estará listo en el 2004. Es para que no se den cuenta en Barcelona. A los pocos días de ser nombrado ministro de Fomento, el señor Álvarez Cascos anunció en grandes titulares la creación de un maravilloso aeropuerto en Campo Real... Dentro de veinte años... Que no teman en Cataluña.

Sí, lo he entendido: en Madrid me ensordecen para que no lo oigan en Barcelona. Que están construyendo, al ladito mismo de mi casa y del actual aeropuerto, uno nuevo, enorme, vorágine, dispuesto a engullir cifras megalomaniacas de aviones, dichas con una vanidad irrespirable por nuestros gobernantes madrileños.

Un Campo Real disimulado, disfrazado de ampliación de Barajas. Lo hemos entendido unos cuantos; todos los que añoramos a Tierno, seguro: cuando nos pisan en Madrid es para que no caminen en Barcelona. Gracias por su magnífico artículo.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de marzo de 2001