El material pirotécnico del que ayer se incautó la unidad de distrito de Russafa de la Policía Local se encontraba almacenado en el sótano de un establecimiento situado en el número 28 de la calle de Sollana. El quiosco Regalos Sofía tenía licencia únicamente para almacenar un kilo de explosivos. Sin embargo, la policía encontró ayer 163 kilos -peso neto- en forma de petardos, salidas, bengalas, chupinazos y rascadores màsclets.
El material pirotécnico se divide en tres categorías. La referida con el número 1 es la más corriente, la de los petardos de baja intensidad, que se manipulan con la mano y no suponen riesgo alguno. En la categoría 2 se incluyen aquellos explosivos de mayor potencia, con un riesgo mucho mayor y cuya venta y almacenaje debe regirse por una estricta normativa. Y, por último, en el grupo 3 se incluyen los de especial peligrosidad, cuya venta sólo se autoriza a escasos establecimientos sometidos a muy férreas medidas de seguridad.
El quiosco en el que ayer se encontraron los 163 kilos de pólvora almacenaba una importante cantidad del tipo 3, por lo que un accidente hubiera volado por los aires la finca en la que se localiza el establecimiento.
La policía retiró durante la mañana de ayer el material ilegalmente almacenado. El establecimiento continuó abierto al público y por la tarde entraban en el mismo cajas con más material pirotécnico, supuestamente del tipo de unidades recogidas en la normativa según las medidas de seguridad de las que dispone el local.
La actuación de ayer forma parte de la campaña intensiva de inspecciones que la policía realiza sobre el uso indebido y almacenaje de material pirotécnico. Tanto la Policía Local como la Delegación del Gobierno publican una serie de recomendaciones sobre la utilización del material pirotécnico propio de las Fallas. Entre ellas, recordar que está prohibida la venta de cualquier clase de material a menores de ocho años, evitar el almacenamiento sin las correspondientes medidas de seguridad, no guardar los artefactos entre las ropas ni encenderlos cerca de otros artefactos y adquirirlos en los establecimientos debidamente autorizados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de marzo de 2001