Cuando Ferrusola expresó su preocupación porque en un futuro las mezquitas desplacen al románico catalán, el PP ya había presentado en el Parlamento autonómico una proposición con esta misma preocupación, pero referente a la enseñanza de la asignatura de religión católica en las escuelas.
El mismo presidente del grupo, Alberto Fernández Díaz, y la diputada conservadora Caridad Mejías presentaron el 9 de febrero una proposición no de ley que reclama al Gobierno de Convergència i Unió (CiU) para evitar la marginación del catolicismo escolar. La iniciativa se encuentra actualmente en la fase de presentación de enmiendas.
'El Gobierno de la Generalitat debería velar para que la enseñanza de otras religiones, la demanda de las cuales no llega al 0,5% de los alumnos, no desplace la enseñanza de la católica', señala el PP en la exposición de motivos. La enseñanza de religiones distintas en la escuela pública es actualmente muy escasa en Cataluña y se limita a unos pocos casos particulares, según explicaron ayer fuentes de la Generalitat.
El texto presentado por el PP muestra su preocupación porque en muchas escuelas públicas 'ha desaparecido' la posibilidad de estudiar religión católica, una materia que imparten profesores pagados por la Administración pública pero nombrados por el obispo de la diócesis. 'Como consecuencia [de esa desaparición], muchos estudiantes olvidan que los conocimientos sobre el cristianismo forman parte de nuestra cultura básica', se añade.
Tras lamentar el supuesto peligro de que la enseñanza de otras confesiones desplace la religión católica en los institutos, el PP insta al Gobierno catalán a garantizar la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas de Cataluña. Fernández Díaz explicó ayer que su propuesta es 'totalmente integradora' y que no tiene nada en contra de las otras religiones.
Caridad Mejías, por su parte, afirmó que la iniciativa ha surgido como consecuencia de una demanda expresada por los propios padres de alumnos de las escuelas públicas, que se quejan de que los centros no siempre ofrecen la posibilidad de estudiar la asignatura de religión. 'Esto es un problema para la formación de los alumnos, porque no se entiende el románico, por ejemplo, sin conocimientos sobre el cristianismo', explica Mejías.
Esta petición provocó ayer sorpresa en medios de la Generalitat, que recuerdan que el Gobierno de José María Aznar no ha anulado el decreto aprobado en la última fase del Gobierno socialista en la que se sustituyó la asignatura de ética por una serie de actividades culturales y lúdicas de libre opción para los alumnos. En opinión del Gobierno catalán, es este decreto, que el PP no ha derogado, el que ha provocado la reducción de la demanda.
Por su parte, el ex presidente de de Esquerra Republicana (ERC) Heribert Barrera afirmó ayer que no está dispuesto a silenciar sus opiniones, contestando así a la demanda que le hizo el líder de su partido, Josep Lluís Carod.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de marzo de 2001