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CARTAS AL DIRECTOR

Barreras comerciales

Coincido totalmente con el señor Luis de Sebastián (El derecho de las gentes a vender, EL PAÍS, 21 de febrero) cuando califica de 'escandaloso' el proteccionismo agrícola de la Política Agrícola Común de la Unión Europea. Se trata de un juicio moral que, sin duda, choca con muchos intereses inmediatos, pero ineludible.

Las barreras comerciales impuestas a los países en desarrollo son indefendibles. Negarles la posibilidad de competir es la última bajeza. Y propiciar el desarrollo de un sector propio tras esa barrera, gracias a esa misma barrera y a la propia riqueza, es añadir un nuevo agravio comparativo. ¡Imagínese, desde esa perspectiva, lo dudoso que resulta un faraónico plan hidrológico dedicado, en el mejor de los casos, a potenciar el desequilibrio agrícola propiciado por la PAC! O el argumento de que los agricultores del Mediterráneo necesitan braceros..., o que los tomates marroquíes son una amenaza..., o que los pensionistas necesitan sangre joven.

Me parece que eso coincide con una visión 'independiente' de las cosas, es decir, ajena a los intereses económicos, por muy nacionales que sean. ¡Ánimo, pues! Sigan publicando en esa línea.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de marzo de 2001