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La entrada de países del Este en la UE provocará una primera oleada de 330.000 inmigrantes

La adhesión de países del Este a la UE, que se iniciará a partir de 2003 o 2004, originará la llegada al actual territorio de la UE de unos 330.000 emigrantes, lo que supone el 1% de la población. Al menos dos tercios de esos trabajadores, procedentes sobre todo de Polonia y la República Checa, se establecerán en Alemania. Diez años después de la adhesión, serán ya más de un millón los emigrantes del Este establecidos en la UE actual.

Los datos, recogidos en un detallado estudio de la Comisión Europea, proceden de diversos análisis e informes elaborados por ocho prestigiosos institutos europeos. De esos estudios se desprende que, en los primeros años tras la adhesión, la UE tendrá que acoger a unos 70.000 emigrantes del Este al año, cifra que se elevará a 200.000 contando los familiares.

Según los análisis citados por la Comisión, las cifras de emigrantes serán relativamente elevadas en los primeros años, pero irán descendiendo. Quince años después de la adhesión, el cálculo más elevado señala que la actual UE habrá acogido a 2,5 millones de emigrantes de los países candidatos (en estos momentos son Polonia, la República Checa, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Bulgaria, Rumania, Chipre y Malta). Turquía también está a la espera de iniciar las negociaciones de adhesión.

Alemania, con cuatro millones de parados en la actualidad, y Austria, que absorbería cerca del 10% de emigrantes, son los países que hasta ahora han expresado un mayor temor por las consecuencias de esas corrientes migratorias. El propio canciller alemán, Gerhard Schröder, ha propuesto que la UE fije un periodo transitorio de siete años durante el cual esos países no puedan aplicar la libertad de movimiento de trabajadores.

És esa cuestión la que ha impulsado al Ejecutivo comunitario a difundir el citado estudio, del que se deduce que la presión migratoria será bastante menos relevante de lo que reflejan algunas opiniones pesimistas de determinados dirigentes políticos. De hecho, la Comisión recuerda que el envejecimiento de la población laboral en Alemania hará necesaria la incorporación anual de unos 300.000 extranjeros.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de marzo de 2001