Soy un catalán residente en la Comunidad de Madrid desde hace más de 40 años. Siempre me he sentido orgulloso de mi doble condición de catalán y español. En ocasiones he oído a algunos madrileños tachar a los catalanes de extranjeros o 'polacos'. Siempre lo he considerado una estulticia propia de estúpidos e ignorantes y no le he dado mayor importancia por considerar a los que así se expresaban poco representativos.
El otro día, con motivo del partido de fútbol Madrid-Barcelona, oí al alcalde de Madrid calificar al CF Barcelona de equipo extranjero. Puedo admitir que el alcalde de Madrid sea tonto e ignorante. El problema es que ostenta la representación de más de cuatro millones de madrileños.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de marzo de 2001