La reunión de expertos celebrada durante tres días en París y convocada por la Unesco para debatir el tema de la violencia escolar ha servido para constatar que 'los profesores no han recibido la preparación adecuada para afrontarla' y reivindicar 'la necesaria formación de los enseñantes'. El primer ministro francés, Lionel Jospin, que cerró los debates, dijo que la violencia era 'un problema político' y propuso una solución 'transversal, que asocie la escuela, los padres, los agentes sociales y los alumnos, en definitiva, el centro escolar, la familia y las instituciones locales'.
El ministro francés de Educación, Jack Lang, se dijo en contra del 'apartheid escolar' y llamó la atención de los asistentes sobre 'los barrios convertidos en gueto en los que no existe la necesaria mezcla social'. Para intentar resolver esa última cuestión Lang ha prometido 'dibujar una nueva carta escolar que rompa con la exclusión socialgeográfica'. Las exposiciones se vieron perturbadas en diversas ocasiones por profesores de las barriadas parisinas que acudieron para denunciar el 'doble lenguaje del poder, que promete lo que después no piensa cumplir'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de marzo de 2001