Después de leer la carta de Francisco Javier Arellano Ferrer, de Córdoba, decir que además de que siento enormemente la muerte, no sólo de este ciclista, sino de cualquier otro (profesional o no). Dice este señor que es una vergüenza lo que pasa con los ciclistas, no digo yo que no, pero le añado que la vergüenza es el incivismo que tenemos en todos los ámbitos de nuestra sociedad y que también los ciclistas practican, ejemplo: Ir por la calzada (paseos, carreteras o caminos) charlando en grupo de dos o tres a una velocidad que entorpece el tráfico rodado, ir con las bicicletas por un paseo marítimo peatonal donde hay personas paseando (mayores, niños, de todas las edades), cruzar las calles a toda velocidad con la bicicleta sin respeto a un paso de cebra, e ir por las aceras en las ciudades, teniéndose los peatones que apartar para que ellos circulen. En fin lo que he dicho antes, la vergüenza está en nuestro incivismo colectivo.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de marzo de 2001