Parece definitivo que el triunfo de la inconsciencia, vestida con sus trajes de dogmas (en ocasiones ideológicos y en ocasiones religiosos), ha revivido de nuevo tras el paréntesis que supuso la derrota al conjunto de totalitarismos que han marcado el siglo XX. ¿Qué significan, si no, hechos tan distantes y poco comparables como la victoria de George W. Bush, el trato que están recibiendo los inmigrantes en España, la victoria de Sharon o el desastre cultural que supone la destrucción de los Budas en Afganistán? A mi entender significan que la razón como forma de conducta predominante está en horas bajas y que la exaltación de una identidad, una religión o una cultura está venciendo al valor de la vida y libertad de los individuos.
Esperemos que este tipo de actitud no acabe de consagrarse.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de marzo de 2001