En el Día de la Mujer Trabajadora, no puedo evitar escribir lo que sigue: una amiga acaba de perder la custodia de su hijo, según la sentencia, porque su horario laboral no le permite atenderle adecuadamente.
Ah, el juez era otra mujer. Sobran más comentarios.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de marzo de 2001