'Siempre estás solo. Trabajas como un burro, incluso en las fiestas de Navidad y Pascua. Encerrado aquí pasas frío en invierno y calor en verano y todo para ganar una miseria', le decía Alfredo, operador de cine en un pueblo italiano, a Totó, el inolvidable protagonista de la película de Giuseppe Tornatore Cinema Paradiso, en un intento por arrancarle su pasión por la cabina.
Afortunadamente, los oficios vinculados a exhibición del séptimo arte han evolucionado desde los años 50 y taquilleras, acomodadores, operadores de cabina, encargados de cine y personal de cafetería viven mejor que el gran Alfredo.
En Valencia son entre 250 y 300 las personas dedicadas a la intendencia de las salas de proyección. Como los actores, este colectivo también aspira a vivir de la industria del cine, por eso reclama una serie de mejoras sociales.
Algunas de las obligaciones de antes continúan ahora. 'Cuanto más fiestas, más trabajo', explica la empleada de un cine de Valencia. Por las manos de las taquilleras pasan al día cientos de billetes y debe responder, por ejemplo, con su sueldo a los quebrantos de moneda, es decir los desajustes entre la recaudación y las entradas vendidas. Un sólo empleado se ocupa de cortar las entradas al espectador, acomodarlo en su butaca y limpiar la sala en los escasos minutos que separan una sesión de otra. Además, los dos días de libranza, que a veces se reducen a uno, son laborales y sólo cada siete u ocho semanas es posible disfrutar de un sábado y domingo libres. 'El precio es muy alto cuando tienes familia', opinan estos trabajadores.
Este colectivo reivindica por boca de la comisión negociadora del sindicato CC OO, la equiparación salarial con sus compañeros de salas de Madrid y Barcelona. Quieren que las sesión golfa o de madrugada se pague aparte y defienden que una reorganización del trabajo les permitirá dos días de libranza y que éstos coincidan con un fin de semana ada mes. La negociación está en marcha.
Y la justificación a sus peticiones está en la recaudación de las empresas. La comisión negociadora considera posible las mejoras a la vista de los beneficios de las salas de cine valencianas. Según la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE), Valencia es la tercera de España en recaudación. En seis años, el coste de una entrada ha crecido más del 30%. 'En recaudación nos acercamos a Madrid y Barcelona, pero en cuanto a condiciones laborales estamos todavía muy lejos', destaca el comité.
Las multisalas proliferan por doquier, sobre todo en las áreas metropolitanas, donde se construyen los grandes centros de ocio y donde está prevista la apertura de más de 30 nuevas salas de proyección. El futuro se dibuja prometedor para la industria y los empleados quieren ser copartícipes de la bonanza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de marzo de 2001