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OPINIÓN DEL LECTOR

Voy a demandar

Voy a demandar al Consorcio de Transportes de Madrid. Por publicidad engañosa, maltrato psicológico y posible perjuicio físico. Lo primero, por anunciar a bombo y platillo las mejoras del metro cuando sólo se limitan a una o unas pocas líneas. Lo segundo, por fomentar en mí la aparición de ansiedad, que puede llegar a convertirse en peligrosa enfermedad que conduzca al tercer motivo de mi demanda: esa enfermedad se puede traducir en baja laboral, y ésta, en finalización, a la larga, del contrato de trabajo, lo que a su vez llevaría a la pérdida de mi fuente de ingresos.

Voy a demandar al Consorcio de Transportes de Madrid porque estoy cansada, agotada, harta de tener que soportar, por resignación impuesta por la costumbre y la falta de perspectivas más halagüeñas, los apretujones, esperas, auténticas luchas diarias por entrar en la línea 5 del metro. Es que no tengo, no tenemos, por qué aguantarlo, ya que pago, pagamos, legal y puntualmente las tarifas de transporte y pago, pagamos, las subidas en esas tarifas.

Ah, y añadiré a los motivos de mi demanda, en el apartado de maltrato psicológico, la creación en mí por parte del Consorcio de Transportes de Madrid del complejo de inferioridad provocado por la sensación de humillación que me produce el viajar diariamente por las líneas 5, 4 y, finalmente, 8, viendo cómo los convoyes (coches, los llaman en Metro) y las estaciones van haciéndose más lujosos y lujosas a medida que se acercan dichas líneas a las zonas nobles de la capital. Voy a demandar al Consorcio de Transportes de Madrid y a exigir que me paguen el taxi que hoy, finalmente, he tenido que tomar para poder llegar a mi lugar de trabajo, en el Campo de las Naciones. Y porque estoy harta.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de marzo de 2001