Con motivo de la unión de Caja Navarra y Caja Pamplona, leo que nuestro Presidente Sr. Sanz, califica de ejemplar la fusión de las Cajas.
Si lo que considera ejemplar, con sensibilidad de apisonadora, es eliminar de la historia y de la memoria de pamploneses y navarros la solera y ejecutoria de la Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, me callo.
Pero no sin antes informar a algunos que quizá no lo sepan, que ésta Caja, fundada en 1872 fue la pionera en Navarra y ocupó un lugar importantísimo, único, en la economía, el progreso, y el corazón de la ciudad y, paulatinamente, en toda nuestra comunidad Navarra.
Habría que preguntar a numerosos profesionales, deportistas, jubilados, artistas, intelectuales, a aquellos que aportaban iniciativas válidas para mejorar Pamplona pero que no contaban con medios para realizarlas, quien les atendió, les escuchó y les promocionó.
Un edificio emblemático, la piscina cubierta, clubes de jubilados, bibliotecas, galerías de arte, colegios de educación especial, guarderías, publicaciones, corales, primeras viviendas y casas de verano para empleados; ayudas a cooperativas de viviendas, bolsas de estudios, ikastolas, sociedades cultural-recreativas de los barrios, y un largo etc...
En toda esta importante obra social también fue pionera la Caja de Ahorros Municipal. Así como en la estrecha relación entre dirección, personal y clientes con una especial atención a cada uno de éstos últimos en el más genuino espíritu de las Cajas de Ahorros.
¿Qué ha pasado realmente? ¿ Han intervenido razones de orden económico o político?. Sea lo que fuere nada justifica moralmente, que ni en las siglas, rótulos, membretes, ni en parte alguna, de Caja Navarra, a partir de la fusión, -al contrario que en otras fusiones- quede constancia de que existió una entidad llamada Caja de Ahorros y Monte de Piedad Municipal de Pamplona que tanto hizo por nuestro pueblo.
Queda, sí un gallo ruborizado y con cadenas que pretende reemplazar -que no recordar- al gallico verde primaveral, audaz y emprendedor, a pesar de sus años.
Sr. Sanz, reflexione sobre esta ejemplar fusión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de marzo de 2001