El Ferrocarril Vasco-navarro fue una de las principales obras de ingeniería del pasado siglo, pero ya no queda apenas huella de aquellos 140 kilómetros que unían Bergara con Estella, pasando por Vitoria. Cualquiera que haya recorrido hoy día ese trayecto por carretera conoce las dificultades a las que se enfrentaron los ingenieros hermanos Herrán para realizar el trazado. Ahora, el Gobierno vasco ha editado una guía de paseos que recupera 110 kilómetros de aquel ferrocarril, correspondientes a la comunidad autónoma. Este libro es el primero de la colección Rutas de interés ambiental en la CAPV.
La guía está dirigida sobre todo al senderista y al ciclista todoterreno, que no tienen prisas y gustan de terrenos llanos y seguros. El desnivel máximo del trazado es de un 2%. Desafortunadamente, ya no se puede realizar en su totalidad porque algunos de los tramos se han visto invadidos por explotaciones agrarias o por el desarrollo de los pueblos por donde pasaba. Además, parte de los 21 túneles y 35 puentes han sucumbido al paso del tiempo.
El itinerario se iniciaba en el barrio de Mekolalde en Bergara, cruzaba las principales localidades del Alto Deba y salía al territorio de Álava, donde tenía su principal estación en Vitoria. De aquí, partía en dirección Este, hacia la Montaña alavesa, y más allá, Estella. Patxi Arzamendi ha preparado una guía sencilla, que divide el trayecto en 11 tramos. Cada una de estas propuestas va precedida de un comentario sobre la zona en cuestión.
El Ferrocarril Vasco-navarro, construido entre 1889 y 1927, dejó de funcionar en 1967 debido a la presión del transporte por carretera.
La colección que ha impulsado el Gobierno vasco prestará especial atención a este tipo de itinerarios. El segundo volumen estará dedicado a pequeños trenes de montaña y mineros. La tercera guía será de la zona de Peñas Negras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de marzo de 2001