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La cantautora afroamericana Natalia M. King exhibe su eclecticismo en dos conciertos

El programa Musiketan se nutre principalmente de artistas dispuestos a mostrar sus canciones cara a cara con el público, a desnudarse ante la audiencia con una colección de temas y su capacidad de comunicación como único parapeto. Y eso es lo que hará Natalia M. King mañana (20.30) en el palacio Euskalduna de Bilbao y el próximo sábado (20.00) en el teatro Lasalle de Andoain: presentar las canciones de su segundo elepé en solitario con dos guitarras y una batería como único respaldo a su voz.

El disco en cuestión se titula Milagro (Universal) y en él se atreve a conjugar pasajes sugerentes con otros más explícitos en temas que nunca duran menos de cinco minutos. Así, con sólo nueve piezas, el álbum alcanza una duración de 68 minutos en los que King se confirma como una cantautora que no hace ascos ni al pop, ni al rock, ni al funk, ni a reminiscencias orientales. Un eclecticismo que también asoma en un manojo de preferencias que incluye a Tom Waits, Jimi Hendrix, Jeff Buckley, Ricky Lee Jones y Grateful Dead.

La cantante, guitarrista y compositora afroamericana, de origen dominicano, se crió en Brooklyn (Nueva York), aunque pronto inició un periplo por diferentes ciudades estadounidenses que no se detuvo hasta recalar en Los Ángeles. Allí inició su carrera musical y residió hasta finales de los años noventa cuando decidió instalarse en Francia. Milagro es el segundo elepé como solista de Natalia M. King, pero anteriormente había dado rienda suelta a su pasión por la música con Living Colours y con el trío de blues Mojo Monks.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de marzo de 2001