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Entrevista:MARIA ANTONIA BEREZO | PESCADORA DE ALTURA

'Primero te rechazan, pero si hablas claro te apoyan y respetan'

María Antonia Berezo (Burgos, 1952) salió por primera vez a la mar como pescadora profesional en junio de 1999, un mes después de que su marido, también marinero, falleciera tras ser arrastrado por una ola en las proximidades de Pasaia.

Pregunta. ¿Por qué se embarcó?

Respuesta. Con 67.000 pesetas de paga no te da para mucho, no puedes sacar adelante una casa, teniendo además dos hijos aún solteros. Aparte de que siempre había tenido la ilusión de salir a la mar.

P. ¿Dónde ha trabajado?

R. Primero estuve en un par de barcos de redes, en uno de ellos como cocinera, con los que estás fuera unos ocho días. Luego, subí a trabajar en la cubierta de un barco de altura al palangre que va hasta Escocia y con el que permaneces fuera alrededor de tres meses y medio. Aquí era pinchadora, que recoge los aparejos con el chalador. Empiezas a la una del mediodía y terminas sobre las tres de la madrugada. Volvimos en Navidad.

P. No abundan las pescadoras. ¿Cómo le aceptaron sus compañeros?

R. De bajura hay más mujeres, pero de altura, desgraciadamente, no. Al ser todo hombres, al principio te rechazan un poco, pero, si hablas claro, todo el mundo te apoya y respeta. La vida en la mar es muy dura para todos, pero si eres mujer y pides ayuda puede darse un mal entendido. Una vez me di un golpe en la rodilla y seguí trabajando. Pensé: mi amor propio tiene que valer más que todo, tiene que ser más fuerte que el dolor, y si tengo que meter las cajas de rodillas, lo voy a hacer y no voy a pedir ayuda a nadie.

P. ¿Y ahora?

R. Estoy en tierra arreglando los papeles para navegar, en la temporada del bonito, en barcos franceses que están 8 o 15 días fuera. Pero mañana igual decido irme otra vez a Escocia.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de marzo de 2001