La adjudicación de las obras del desvío del Llobregat, que hará posible la ampliación del puerto de Barcelona con una nueva zona de actividades logísticas, ha levantado una inesperada polémica. La razón: una rebaja de casi 3.000 millones de pesetas (un 23% del presupuesto inicialmente previsto). El alcalde de El Prat, Lluís Tejedor (IC-V), calificó está reducción de 'temeraria' y expresó su temor a que repercuta en la calidad de las obras.
El Ministerio de Medio Ambiente ha adjudicado a una unión temporal de empresas el contrato de las obras de canalización del nuevo cauce del Llobregat, entre el puente de Mercabarna y su desembocadura. Las obras, según el contrato de adjudicación, que incluye medidas correctoras del impacto ambiental, costarán 8.900 millones de pesetas. El presupuesto inicial era de 11.650 millones. En declaraciones a la cadena SER, Tejedor, que mostró su satisfacción por el hecho de que Medio Ambiente haya adjudicado el proyecto, expresó su temor a que la reducción de la inversión 'tenga que significar finalmente una revisión de precios y dificultades para ejecutar las obras con las garantías, desde el punto de vista de la calidad, que el mismo proyecto incorpora'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de marzo de 2001