El 8 de marzo se celebraba el Día de la Mujer (trabajadoras somos todas, dentro y fuera de casa), y el 8 de marzo, precisamente, me encontré, paseando, con la publicidad de una cadena de ópticas de ámbito nacional, cuyo nombre no pienso promocionar, en la cual se utilizaba a una señorita vista por detrás, sin ropa interior que se pudiera apreciar y con la 'falda', de una longitud similar a un cinturón ancho, volando, dejando a la vista su estupendo trasero. La frase lapidaria -perdón, publicitaria- que acompañaba a tan elocuente imagen y que recomendaba la compra de sus gafas era: 'Para ver un 15% más'.
A mí, esta campaña publicitaria me invita a no pasar más allá de la puerta del establecimiento, y me produce indignación y estupefacción pensar que o en esta empresa no trabaja ninguna mujer o ningún hombre medianamente inteligente, o es que la venta de un producto está por encima de la dignidad humana. No exagero, así es como me siento; y no voy a sugerir que la próxima vez sea el trasero de un hombre el que se muestre -respeto a los hombres tanto como a las mujeres-, porque mi inteligencia y mi ingenio me permitirían idear algo con más gusto y enfocado a todos los públicos.
Las mujeres hemos conseguido mucho, pero también mucho, muchísimo, nos queda a todos (incluidos los hombres) por hacer.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de marzo de 2001