El pequeño y trabajador Teatro de Cámara de Madrid es una escuela de actores; la ha creado Ángel Gutiérrez, español llevado a la Unión Soviética durante la guerra civil, que hizo allí una gran carrera teatral; al volver, enseñó en la Escuela de Arte Dramático y montó con grandes dificultades esta sala, que se mantiene con un buen repertorio. Sus alumnos representan en ella Los escándalos de un pueblo, de Carlo Goldoni, un sainete con todas las resonancias de la commedia dell'arte y del ingenio creador del autor que la encauzó. Están todos en un pueblo de pescadores excitables, llenos de chismes y peleas; pero también de amores que presentan las dificultades habituales, pero que al final se resuelven de una manera feliz, si llamamos feliz a los tres matrimonios a los que un sabio juez lleva a todos. El original está en dialecto veneciano. Los alumnos de Gutiérrez tienen ocasiones de mostrar virtudes de escuela: el habla del tartamudo o el renqueo del patizambo. No sin una lentitud mayor de lo que requiere la obra y una tendencia a lo madrileño del género chico.
Tenían el domingo un buen público que aplaudió todo y a todos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de marzo de 2001