El escape interno de 6.000 litros de agua con una pequeña contaminación radiactiva ocurrido el pasado 11 de marzo en la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) "no ha revestido gravedad y está controlado", según declaró ayer el coordinador de proyectos de la Subdirección General de Instalaciones Nucleares del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Javier Zarzuela.
El derrame se produjo en el sistema de purificación, conectado al circuito primario de la central, de donde toma el agua radiactiva que luego pasa por unos filtros desmineralizadores para limpiarla. Los empleados de la central estaban trabajando en el sistema de purificación cuando se abrió una válvula que dejó escapar el agua, aún contaminada, del circuito primario. Ningún trabajador se ha visto afectado por el vertido y tampoco el medioambiente porque el derrame ocurrió "dentro de la central", explicó Zarzuela.
La zona afectada se acordonó y el agua se evacuó a través de los sumideros de la planta y "fue trasladada hasta el sistema de tratamiento de residuos líquidos".
La instalación nuclear estaba parada "en fase de recarga y mantenimiento desde el día 4 de marzo y los trabajos han continuado con normalidad tras el vertido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de marzo de 2001