Unas manchas de sangre en una chaqueta de cuero acusan a
Bowyer, del Leeds, de haber participado, junto a su compañero Woddgate, en la agresión a dos estudiantes asiáticos. Ambos jugadores proclaman su inocencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de marzo de 2001