Los mercados de valores cerraron esta semana sin mostrar capacidad alguna de reacción ante una coyuntura que tampoco ofrece síntomas de recuperación.
La economía mundial parece funcionar en estos momentos como una bola de nieve en caída libre, y el temor de los inversores de este lado del Atlántico se debe a la posibilidad de que Europa se cruce, de alguna forma, en el camino de EstadosUnidos, en el de Japón, o en el de ambos al mismo tiempo.
Con estos planteamientos, los mercados europeos sufrieron recortes de cierta consideración, entre los que destacaban Londres, con el 2,90%, y Francfort, que bajaba el 2,52% poco antes de concluir la sesión. Madrid cedió el 1,82% y el Ibex 35 el 1,97%, mientras que París perdía el 1,41%.
Estos resultados son un mal preámbulo para la evolución a corto plazo de las bolsas, y ello a pesar de que la mayoría de los inversores y de los analistas opinan que la Reserva Federal bajará los tipos de interés el próximo martes en la reunión del Comité Abierto del Mercado.
Uno de los problemas colaterales que puede tener ese posible descenso de los tipos de interés en Estados Unidos afectará directamente al euro, ya que si disminuye el diferencial de tipos a sólo 0,25 puntos, en el supuesto de que la Reserva Federal rebaje medio punto hasta el 5%, los argumentos en favor de una recuperación del euro perderán masa crítica y quedarán a merced de los datos que se vayan publicando sobre crecimiento en una y otra zona económica. El euro cayó ayer hasta el mínimo del año, con 0,8947 dólares como cambio oficial, y luego siguió bajando en el mercado hasta los 0,8925 dólares, lo que equivale a 186,48 pesetas por dólar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de marzo de 2001