Arcángel pertenece a esa nueva estirpe de cantaores y cantaoras surgidos en los últimos años. Un modelo casi periférico en la tradición, que surge con Enrique Morente, continúa en Miguel Poveda y Mayte Martín y se recicla con Arcángel, Estrella Morente y Marina Heredia, sus compañeras de generación que están a punto de sacar también sus primeros discos.
Se trata de un tipo distinto de cantaor, inquieto, aficionado infatigable, cerebral y apasionado a un tiempo, dotado de un timbre que llega fácil a los oídos y de una dicción clara, amante de los cantes de su tierra (en este caso, el denostado y glorioso fandango) pero siempre abierto al riesgo, atento a las tendencias de renovación y empeñado en 'avanzar sin dejar de ser lo que somos'.
Todo eso lo demuestra en Arcángel, un disco muy flamenco, mezcla de ortodoxia y heterodoxia que ha editado Virgin y que saldrá a la calle a fines de este mes.
Desde el single y primer tema del disco, esos comerciales tangos titulados Dame limones, el cante de Arcángel se deja oír sin estridencias, en tonos bajos.Tanto en los cantes aparentemente rígidos como las seguidillas, la soleá o la trilla, como en los más abiertos (alegrías, rumbas, bulerías, los impresionantes fandangos de Huelva -Huelva existe- o los lentos y estupendos tangos de Morente), el disco es un gozoso intento de suavizar y acercar a la gente joven una música que él mismo considera 'poco accesible'.
La voz
'Tu sitio te lo marca la garganta', explica. 'Si no puedes cantar como La Paquera, tienes que ir por otro lado. Instrumento sólo tienes uno, la voz, y ella te dice dónde ir. Se trata de hacer el flamenco un poco más fácil, menos desgarrado, con las venas menos hinchadas, pero nunca más light, porque hay que arriesgar siempre'.
Aunque no siempre es posible. Arcángel cuenta que le ha costado 'la vida' convencer a la discográfica para que Juan Carlos Romero, el autor de la música, le produjera el disco, y que le dejaran expresarse como él quería, con total libertad. 'Ha sido terrible, llegué a decirles que me rescindieran el contrato, pero al final creo que están contentos, porque ven que el disco tiene calidad y puede defenderse bien. Ya veremos lo que pasa', añade, 'si pega el pelotazo, me lío a pelotazos, bendito sea Dios, y si no da lo mismo'.
De momento, se conforma con 'ir despacio, seguir aprendiendo, conectar con los jóvenes de mi edad, respetar la raíz y abrir caminos, si se puede'.
Pero la velocidad y las exigencias se imponen, sobre todo después de que Carmen Linares haya saludado el disco del debú como una obra 'impresionante'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de marzo de 2001