'Prefiero que me reciban de otra manera, pero yo nunca me escondo'. Con estas palabras el presidente del Gobierno catalán, Jordi Pujol, concluyó ayer la difícil jornada que pasó por las comarcas del Baix Ebre y Montsià (Tarragona), dónde fue recibido con manifestaciones antitrasvase. 'A pesar de que el tema lo lleva Artur Mas, tenía que venir aquí como presidente, aun sabiendo a qué me exponía', insistió Pujol después de que en Amposta le saludaran 400 manifestantes y en Tortosa, donde hubo momentos de tensión, más de mil. El presidente catalán no quiso decir qué votará CiU respecto al Plan Hidrológico pero insinuó que puede ser moneda de cambio para la financiación autonómica.
Jordi Gilabert, portavoz de la Plataforma contra el Trasvase, resumió los contenidos de la entrevista con Pujol: 'Ha ido igual que con Mas , pero sin tanta arrogancia. Pujol tenía una actitud más cordial y humilde. Ha cargado contra el PP y ha dicho que, como mucho, CiU se abstendrá en el Congreso. Lo más sorprendente es que ha admitido que la financiación autonómica está en juego y que el trasvase puede ser moneda de cambió'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de marzo de 2001