Había decidido Luis Aragonés, el técnico del Mallorca, que Luque debía dejar su puesto a Biagini. Parte del público no se tomó de buen grado su decisión y se oyeron algunos silbidos en Son Moix. No demasiados, cierto, pero sí suficientes para que Aragonés reaccionara de forma colérica. Así que se encaró con la grada, elevó los brazos como preguntando '¿qué pasa?', pidió silencio y terminó dibujando un corte de mangas.
'Yo tengo las espaldas anchas y a mí me pueden silbar lo que quieran. Pero a los jugadores no. Y menos cuando se trata de alguien como Biagini, que ha estado dos años lesionado', dijo el técnico. 'Mi intención no ha sido molestar a nadie. Y esa especie de corte de mangas no iba contra el público, sino que venía a significar que a ver qué pasaba si Biagini conseguía un gol', explicó.
Lo cierto es que ese roce con el público coincide con el deseo del Mallorca de renovar al entrenador madrileño, que no acepta sentirse despreciado: 'En el Betis me sentía mal. Llamé a Lopera y le dije que él y yo no podíamos seguir juntos. Si estoy mal con la gente, pues me voy y no cobro, porque lo del dinero lo tengo solucionado', advirtió Luis antes de matizar que, en Mallorca, se encuentra 'muy cómodo'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de marzo de 2001