En relación con la política de rehabilitación del Ayuntamiento de Madrid, me gustaría comentarles la situación actual de las actuaciones. La zona del Dos de Mayo fue contemplada por el Ayuntamiento como de rehabilitación preferente, con subvenciones para la rehabilitación de edificios de hasta el 50% de los costes, tramitadas por la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV). El plazo para iniciar las obras y poder acogerse a estos beneficios terminaba el 31 de diciembre 1999. Sin embargo, gran número de fincas, entre ellas la mía, aun cumpliendo todos los requisitos, no han recibido a fecha de hoy ninguna subvención.
Se aducen, por parte de los técnicos responsables de la EMV, problemas presupuestarios y políticos. Parece que al terminarse la partida presupuestaria inicial había que aprobar fondos adicionales, cosa que no ha ocurrido aunque ya han pasado prácticamente dos años desde que se agotaron los fondos iniciales. Los motivos que nos dan, extraoficialmente, claro, es que es una decisión políticamente inadecuada, puesto que lo que el Ayuntamiento está promocionando ahora es la rehabilitación del barrio de Lavapiés, a la que sí le están sacando rendimiento político, frente a la rentabilidad política ya agotada de la rehabilitación de la zona del Dos de Mayo.
Por otro lado está Gerencia de Urbanismo, que sigue obligándonos a realizar las obras de rehabilitación, en una función meramente coercitiva y sancionadora, incluso cuando hemos puesto en su conocimiento que la paralización es debida a la falta de fondos por el impago de la subvención municipal. Además, aun cuando existían acuerdos con entidades financieras para la concesión de créditos a bajo interés, es necesario para poder acceder a ellos la comunicación oficial de la concesión de la subvención, que no se ha producido.
Sabrán que en este barrio es habitual que los vecinos dispongamos de rentas bajas, que hay muchos jubilados y que el número de vecinos por finca es pequeño (en mi caso somos ocho vecinos para hacer frente a unas obras que suponen un coste aproximado de 30 millones de pesetas), y ante esta situación nos vemos totalmente desprotegidos, viviendo en un edificio con daños estructurales que queremos terminar de rehabilitar, pero sin ningún tipo de ayuda.
Creo que sería adecuado que se ejecutasen las rehabilitaciones pendientes del casco histórico de Madrid y se asegurase la seguridad de los edificios que habitamos, porque luego, cuando llegan los accidentes, es el propio Ayuntamiento el que inculpa a los promotores, sin entrar nunca en explicaciones de la descoordinación existente entre las diversas entidades municipales y la falta de apoyo efectivo y la indefesión real que todo ello implica.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de marzo de 2001